lunes, 10 de octubre de 2011

YO LLORE UNA LAGRIMA

Yo llore una lágrima.
Tú me la secaste.
Yo estaba confundido.
Tú esclareciste mi mente.
Yo vendí mi alma.
Tú la compraste de vuelta para mi, y me levantaste, y me diste dignidad.
De alguna manera tu me necesitabas.
Tú me diste fuerza para ponerme de pie, para encarar el mundo de frente otra vez.
Tú me colocaste en lo alto, sobre un pedestal. Tan alto que casi pude ver la eternidad.
Tú me necesitabas, tú me necesitabas.
Yo no puedo creer que seas tú, no puedo creer que seas verdad.
Yo necesitaba de ti y tú estabas allí.
Y yo jamás partiré: porque me iría, sería un tonto.
Porque realmente encontré, alguien que realmente importa.
Tú sostuviste mi mano, cuando estaba fría.
Cuando yo estaba perdido, tu me llevaste a casa.
Tú me diste esperanza, cuando estaba perdido y transformaste mis mentiras en verdades otra vez.
Tú hasta me llamaste amigo,
Tú me diste fuerza para ponerme de pie, para encarar al mundo de frente otra vez.
Tú me colocaste en lo alto sobre un pedestal.
Tan alto que casi pude ver la eternidad. Autor desconocido.

LIBERTAD

Cuan maravillosa es la libertad y cuanta tristeza produce la esclavitud. La libertad  es como la salud: no la apreciamos en su verdadera magnitud hasta que la perdemos.
Fue el Señor quien dijo: “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. ¿Qué quiso decir? A qué verdad se refería. El Señor Jesús estaba discutiendo con los religiosos de su época, quienes se jactaban de ser totalmente libres. Jesús se refería a la libertad espiritual que cada persona debe gozar. Los fariseos y otros religiosos le refutaban, en sus mentes no concebían la verdad que el Señor les declaraba, que a pesar de ser muy religiosos y guardar estrictamente todos los preceptos morales expresados en sus ritos y ceremonias, eran en verdad tristemente esclavos de sus propias pasiones pecaminosas.
Pero ¿Qué es la verdad? La verdad absoluta que salva y libera de la esclavitud del pecado está concentrada única y exclusivamente en una persona, justamente es aquella que expreso: Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”
Conocer a Jesús, es conocer la verdad; conocer a Jesús es salir de la esclavitud de Satanás, de vicios y de pecados y quedar libre, absolutamente libre. Fue Jesús quien dijo: ‘’Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al padre sino por mí’’
DEVOCIONAL DIARIO ED. UNILIT PAG 134

EL SACRIFIO DE CRISTO

Antes de comenzar el camino hacia el Calvario, Jesús fue azotado. Los soldados usaban un azote de mango corto de madera con varias lonjas de cuero cubiertas de puntas de bronce, plomo o hueso afilado. A veces los destrozos eran tales que quedaban al descubierto venas, arterias y órganos internos. Haciendo burla de Él lo coronaron con espinas y sobre su espalda desollada cargaron la cruz para que la llevara hacia el lugar de su crucifixión. Allí fue acostado sobre el madero y con clavos cuadrados de hierro clavaron sus manos y sus pies. Finalmente alzaron la cruz y la colocaron en el hoyo destinado a sostenerla. Como un gesto de misericordia le dieron de beber vinagre con hiel para mitigar los dolores y producir un adormecimiento, pero Jesús se negó a beberlo. Para completar la burla, colocaron sobre la cruz el motivo por el cual lo crucificaban: “Este es el rey de los judíos”. Comenzaba allí su lenta agonía mientras la chusma se mofaba, los sacerdotes escribas y fariseos se unían con sus injurias. El castigo fue completo. El cuerpo de Jesús fue lacerado y al sufrimiento físico se sumo el moral, de ver su cuerpo exhibido ante la multitud.
Allí estaba el justo sufriendo por los pecadores, abriendo un camino de acceso hacia  Dios. Jesús murió en la cruz por mis pecados y por tus pecados, escarnecido por nuestra maldad, pero el ahora vive y resucito,  y te ofrece  vida eterna junto a Él si tan solo le abres la puerta de tu corazón sin importar tu condición Jesús ya pago el precio.
Alimento para el alma. Volumen 9 (Radio trans mundial).